miércoles, 11 de septiembre de 2013

DE TAHURES, TRILEROS Y FULLEROS

Dice mi botijo que ha recibido carta de unos primos lejanos que tiene en Argentina.  Sin haber salido de mi sorpresa, inicia el relato de las andanzas de un antepasado suyo con mucho predicamento entre los de su estirpe, gaucho viejo que compartió camino con Cafrune y que, según me cuenta, fue testigo de como Atahualpa Yupanqui no pudo soportar los chirridos y engrasó, finalmente, los ejes de su carreta.  Me cuenta también como se encontraba en el lugar en el que perdió su brazo derecho, al ser atropellado siendo niño, René Lavand, y que puede dar fe del enfrentamiento entre este y "el cumanés", afamado tahúr donde los haya.

Me puede la curiosidad y localizo en YouTube el vídeo del propio Lavand relatando el episodio.  Impresionante, podéis verlo aquí truco espectacular.  Retornado a la realidad, sin saber por qué razón, caigo en la cuenta de que vivimos en un país de tahúres, de trileros, de fulleros.

Aquél que nos metió en una guerra y que consiguió para España "beneficios inimaginables" según el hermanísimo de Bush.  Trilero fino, tramposo de manual.  Que decir de su ilustre cónyuge, botella siempre vacía, que osa jugar al póker sin distinguir los tréboles de los bastos ni las peras de las manzanas.  Normal, para una cabeza llena de mineral resulta un misterio el reino vegetal.

Aquél otro que negaba pertinazmente la llegada de la crisis que padecemos sin tener culpa.  Fullero de poca monta que cayó por su propio peso.

¿Y los medios de comunicación?  Voceros de sus amos, prietas las filas y firme el ademán.  Un Frente de Juventudes moderno que deja atrás el original.  Tahúres, mentirosos sin penitencia, de momento.

Tahúres, trileros y fulleros los ha habido siempre, pero la concentración por metro cuadrado en este país es para escandalizarse y es como para ir pensando en deshacernos, por la vía mas rápida, de unos cuantos.

P.D.:  Me viene a la memoria una letra de Tahúres Zurdos:

       "Dinero. Pólvora, palabras, perfumes de salón.
       No salgas... Oh, no salgas!!!
       Un disparo que da en tu cinturón, en tu hebilla de plata.
       Qué suerte tienes, tahúr."