miércoles, 24 de abril de 2013

LA SANIDAD QUE TENIAMOS

Me pregunta mi botijo si voy a continuar suministrándole periódicamente esas gotitas de anís que le dan al agua ese gustillo tan agradable.  Su duda me ofende y así se lo hago saber, a lo que responde señalando la pantalla del ordenador donde leo en EL PLURAL.COM:

"No es broma: Cospedal retirará el oxígeno a los enfermos domiciliarios para ahorrar"
Podéis leer la noticia aquí:  NOTICIA - ELPLURAL.COM

El artículo no tiene desperdicio, y no solo por el titular ya que también se relatan otras situaciones en relación con tratamientos de oncología y con el suministro de agua a pacientes ingresados.  Suma y sigue.

Lo que se está haciendo con la sanidad pública obedece a una hoja de ruta diseñada ad hoc para los fines que se persiguen, todos ellos tendentes a la progresiva privatización de los servicios sanitarios con el correspondiente engorde de las arcas privadas a costa de la salud de los ciudadanos y del expolio de las arcas públicas.  A la larga, y tal vez también a la corta, el coste de la gestión privada será, ya está siendo, muy superior el de la gestión pública.  Afrontar el tema sanitario con criterios de rentabilidad es no solo muy peligroso sino también descabellado porque acabará suprimiendo todo aquello que no de beneficios, redundando tanto en la calidad del servicio que se presta como en el bienestar de aquellos que reciben un servicio de pero calidad.  Lo entiende hasta mi botijo, que tiene una salud de hierro.

Hoy mismo, en su web EL PERISCOPIO,  Rosa María Artal escribe:

"Sobresueldos, confetis para las fiestas de los niños presuntamente regaladas por la Gürtel, investigada por la mayor trama de corrupción que ha conocido este país. O casas solariegas millonarias, abultados sueldos, puestos para el marido, y mucha caradura, en las gestoras y gestores de estas políticas............. Los recortes matan. A quienes los sufren. Sin causar ni un gesto entre quienes los perpetran. Lo que más precisamos hoy es ahorrar en inmundicia."

Así nos va, y lo que nos queda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario